Quizás si eras tú, pero no era el momento, quizás si eramos nosotros, pero no los indicados.
Mentiría si te viera ahora mismo y me tocara hablar, mentiría si nos viéramos y nos tocara hablar. Siempre hay un pensamiento que por muy fugaz que sea nos recuerda a alguien, y es que a veces son esos tatuajes tuyos los que me hacen recordar la importancia de un dibujo en la piel, porque al fin y al cabo eso es lo que somos, significado, y a veces nuestra mente humana es tan fetiche que elige el recuerdo del significado de alguien...
Ojalá, pudiéramos encontrarnos en otro camino y ser menos intolerantes, con menos terquedad, más experiencia, con ganas de reconstruir lo que una vez rompimos, por nuestra falta de empatía y nuestra falta de entender la valiosa necesidad de comunicación entre dos pensamientos opuestos, que intentan ponerse a medias, estando muy inigualados.
Ojalá, pudiéramos ser los únicos privilegiados de este mundo que puedan disfrutar de una segunda vez y que salga bien, que seamos esos que hayan visto sus errores en el otro e intentemos mejorarlo, y que salga bien. Que seamos esos que se rían de los que piensan que las segundas oportunidades nunca fueron buenas, porque la nuestra sale bien.
Ojalá, pudiéramos disfrutar de ese café que nunca se nos sirvió, pero que tomaremos con otras personas hechas a medida para cada uno. Ojalá, pudiéramos disfrutar de esa maldita conversación donde nos digamos ¿Qué fue lo que falló? mientras sale bien.
Ojalá, que seamos las únicas almas en algún rincón del mundo que después de una tormenta, todavía tengamos ganas de hablarnos mirándonos a los ojos sin rencor, sólo con ganas de volver a empezar una y otra vez lo que se rompe y sufre daños irreparables, esos daños que las personas precisas no soportan, aunque todo eso no sea vida y sólo sea inestabilidad, porque la inestabilidad para nosotros es de usar y tirar, nos olvidamos de ella tan pronto aparece de nuevo el equilibrio, y pum, nos rompimos de nuevo. Ojalá, tengamos esa inagotable e ingenua ilusión de que lo que rompamos con palabras, se arregle con miradas, pero en nuestras mentes no cabe ni una gota de idealismo, sabemos muy bien que eso no funciona, somos dos perfectos idiotas realistas.
No volveremos, yo no volveré a ti porque ya no tengo esa necesidad de verme caer cada vez que te hablo, y tú no tienes esa necesidad de sentirte inseguro cada vez que me voy y regreso cuando quiero, sólo cuando me siento perdida, y tú te pierdes más, las cosas de dos no pueden salir bien así, las personas indicadas no están destinadas a alejarse.
No supimos ni sabremos valorarnos, no estamos ni estaremos hechos para entendernos, pero todos tenemos una historia que merece ser contada, y toda historia acaba con algo, sea bueno o malo, siempre acaba con aceptación, aceptación de lo que fue y no pudo ser, y de lo que es y será.
No hay comentarios:
Publicar un comentario