Cuando ya la impotencia de esta ridícula sociedad no te deje continuar, empieza a luchar. Empieza a convertirte soberano de ti mismo. Existes porque resistes. Recuérdalo siempre. Resiste todo lo que puedas. Te quedan muchos años en esta complicada y curiosa vida como para que no luches.
Empieza por ti hasta que estés convencido de que no hubo nada mejor que podías hacer. Dolerá. Llorarás. Y habrá noches en las que no dormirás pero hazlo. Empieza. Libérate.
Cuando sientas que algo ya no es tu sitio, vuela. Vuela lo más alto que puedas. Empieza de nuevo. Tendrás que luchar para que no desvanezcas una y mil veces. Ábrete, obsérvate y escúchate. Aléjate. Se egoísta. Independízate de todos los apegos que te conviertan en miedo. Independízate de todos esos objetos, personas, pensamientos que te automatizan en polvo. Tu eres vida. Regálate tiempo. Date permiso para no mirar el reloj. Date permiso para hacer una lista grande de metas por hacer para ti mismo. Aprende a dosificar las dosis de trabajo por y para los demás.
El resultado es maravilloso. Te lo aseguro.