Nunca falta quien te diga ¿Y tú? ¿Por qué estudias Psicología? O los que te tiran la pullita con un chiste malo alegando “todos los que estudian Psicología están locos”. Pero nunca falta tampoco quien te diga y te dirá una y mil veces, uy, ¡me estás psicoanalizando!
A veces puede resultar un poco agotador, pero es la condición del entorno donde un estudiante o Psicólogo se mueve. Hay gente que aun no está acostumbrada a entender que la Psicología no se trata de sentido común. Si quieres que te vendan consejos baratos o sanos a corto plazo, no vayas a un Psicólogo. La psicología va más allá. La Psicología toma la ciencia humana como raíz donde trabajar, un Psicólogo no te va a dar un consejo de amigo, no se pasan la terapia entera dando consejos como algunos creen. Un Psicólogo toma herramientas eficaces para tratar al individuo que tiene delante por su condición biológica, constitución emocional y madurez Psicosocial. Y eso, no se hace en un día, o mejor dicho, requiere tiempo. Las personas requieren tiempo para ser descubiertas.
Ser estudiante de Psicología o Psicólogo no implica que estés psicoanalizando todo el tiempo a tu alrededor. Hay personas que no lo saben, pero todos los psicólogos saben separar su vida personal de la profesional. Están preparados para eso. No podemos juzgar una historia ajena en comparación con nuestra experiencia propia. Es difícil, pero nos enseñan a evaluar a las personas por su diversidad.
Ser Psicólogo como muchos saben, implica no involucrarte emocional y afectivamente con otra persona hasta el punto de perder tu propia identidad. Muchas personas nos tachan de distantes o secos, pero la realidad es que, sabemos muy bien cuando amar y cuando retirarnos. Sabemos muy bien con quien discutir y cómo, sabemos muy bien cuando dejar de argumentar para alguien que no conoce más que su propio punto de vista.
Para un Psicólogo es primordial separar su propia vida de los demás. Ello no quiere decir que no amemos o no sepamos involucrarnos en emociones. No somos ermitaños emocionales. Somos creadores de emociones sanas. Nos dirigimos hacia el poder de elegir. Libertad y autonomía.
Por otro lado, existen los que piensan ¿Terapia? ¿Para qué? Siempre depende de tu voluntad y tu pensamiento para decidir hasta qué punto la necesitas. Si no la necesitas, no juzgues a quienes sí. Luego, está el típico mito de “quienes van a terapia, es porque están locos”. Error. Las personas que acuden a terapia probablemente tengan un sentido de razonamiento más avanzado que el tuyo, que sólo se basa en juzgar. Aquellos que deciden ir a terapia, es porque se conocen, saben cómo funcionan, cómo piensan y saben reconocer alguna distorsión en sí mismos como para saber que algo dentro de ellos no sigue su curso.
Pedir ayuda cuando sabes que la necesitas no te hace ser un “loco”, te hace ser más persona. Más valiente. Dar el primer paso hace que des muchos más a lo largo de tu vida.
Estudiar Psicología hace que razones mucho en todos los aspectos de tu vida. Te abre como persona, te obliga a pensar, te obliga a observar y te obliga a crecer.
Acudir a terapia, no te cambia. Hace que reconstruyas tu vida, te abras a otras ideas y abras los ojos a lo que hay dentro de ti y los otros.