martes, 23 de febrero de 2016

¿Por qué estudio Psicología?

Nunca falta quien te diga ¿Y tú? ¿Por qué estudias Psicología? O los que te tiran la pullita con un chiste malo alegando “todos los que estudian Psicología están locos”. Pero nunca falta tampoco quien te diga y te dirá una y mil veces, uy, ¡me estás psicoanalizando!

 A veces puede resultar un poco agotador, pero es la condición del entorno donde un estudiante o Psicólogo se mueve. Hay gente que aun no está acostumbrada a entender que la Psicología no se trata de sentido común.  Si quieres que te vendan consejos baratos o sanos a corto plazo, no vayas a un Psicólogo. La psicología va más allá. La Psicología toma la ciencia humana como raíz donde trabajar, un Psicólogo no te va a dar un consejo de amigo, no se pasan la terapia entera dando consejos como algunos creen. Un Psicólogo toma herramientas eficaces para tratar al individuo que tiene delante por su condición biológica, constitución emocional y madurez Psicosocial. Y eso, no se hace en un día, o mejor dicho, requiere tiempo. Las personas requieren tiempo para ser descubiertas.

Ser estudiante de Psicología o Psicólogo no implica que estés psicoanalizando todo el tiempo a tu alrededor. Hay personas que no lo saben, pero todos los psicólogos saben separar su vida personal de la profesional. Están preparados para eso. No podemos  juzgar una historia ajena en comparación con nuestra experiencia propia. Es difícil, pero nos enseñan a evaluar a las personas por su diversidad.

Ser Psicólogo como muchos saben, implica no involucrarte emocional y afectivamente con otra persona hasta el punto de perder tu propia identidad.  Muchas personas nos tachan de distantes o secos, pero la realidad es que, sabemos muy bien cuando amar y cuando retirarnos. Sabemos muy bien con quien discutir  y cómo, sabemos muy bien cuando dejar de argumentar para alguien que no conoce más que su propio punto de vista. 

Para un Psicólogo es primordial separar su propia vida de los demás. Ello no quiere decir que no amemos o no sepamos involucrarnos en emociones. No somos ermitaños emocionales. Somos creadores de emociones sanas. Nos dirigimos hacia el poder de elegir. Libertad y autonomía.

Por otro lado, existen los que piensan ¿Terapia? ¿Para qué? Siempre depende de tu voluntad y tu pensamiento para decidir hasta qué punto la necesitas. Si no la necesitas, no juzgues a quienes sí. Luego, está el típico mito de “quienes van a terapia, es porque están locos”. Error. Las personas que acuden a terapia probablemente tengan un sentido de razonamiento más avanzado que el tuyo, que sólo se basa en juzgar. Aquellos que deciden ir a terapia, es porque se conocen, saben cómo funcionan, cómo piensan y saben reconocer alguna distorsión en sí mismos como para saber que algo dentro de ellos no sigue su curso.
Pedir ayuda cuando sabes que la necesitas no te hace ser un “loco”, te hace ser más persona. Más valiente. Dar el primer paso hace que des muchos más a lo largo de tu vida. 

Estudiar Psicología hace que razones mucho en todos los aspectos de tu vida. Te abre como persona, te obliga a pensar, te obliga a observar y te obliga a crecer.

Acudir a terapia, no te cambia. Hace que reconstruyas tu vida, te abras a otras ideas y abras los ojos a lo que hay dentro de ti y los otros.

Ejercer la Psicología te cambia la vida por completo.


viernes, 12 de febrero de 2016

Es tiempo


Después de meses de esfuerzo constante, estoy más despierta que nunca. Dicen que cada esfuerzo tiene su recompensa.  Días de café cargado. Corro porque no llego, si entro en una salgo de otra. Siempre corriendo. Estrés y más estrés. ¿Qué tal esos finales? y siempre contestas con un "bueno espero llegar". ¿Y los trabajos? sin corregir. Quieren que me supere más. De eso se trata. Pero ¿más de lo que hago? Si, de eso se trata, no estás en el colegio, esto es duro ya lo sabes, estás sola, tú eres tu maestro y tu alumno. Bueno así lo decidí. Siempre me ha gustado llevar mis propias riendas. Mi tiempo. Mi trabajo. Aprendiste a ser autosuficiente.

Febrero. Segundo mes del año ¿Y ahora qué? Tu Enero ha ido muy deprisa. Ni lo viste irse. Alguien que me diga qué es lo que ha pasado en el mundo. Bueno, algo he visto. Pero quiero saber más. Los libros sobre cómo se forma la mente humana han sido tu única compañía, y ¿qué más puedes pedir? Ya eres consciente de que tienes un propósito. Personas. Aunque a veces no congenias. Eres activista de tu propia voz, porque no te callas lo que piensas. Porque te parece denigrante las injusticias. Detestas el poco razonamiento y las mentes rígidas, siempre lo has odiado. A estas alturas deberías saberlo. Paciencia. De eso se trata, escuchar. Tu obligación es ayudar a otro. Servidora de la mente humana. Suena bien. Me encanta.

Lejos de todo eso, ya es hora. Ya es hora de tomar un respiro. Descolgar el teléfono y hacer infinitos planes. ¿Qué haces hoy? Irnos de copas. Vacaciones. Tiempo de coger esos libros que no terminaste que tienes en el estante de tu escritorio. Pero ¿Cuál? Tienes tantos. Me gusta. Tiempo de irte. Perderte.

Es lo que me gusta. Tiempo para mi misma. Construir mi propio camino. Lo que siempre he planeado. Nada más. Todo lo que necesito. Películas. Libros. Espacio. Pensar en cómo llegar a mis metas y no en cómo agradar ni esperar a nadie. Las mujeres no nacimos para esperar milagros. Presente. Futuro. Nada de pasados.

Es tiempo de coger esa máquina de Philips y usarla. Es tiempo de comprarte recetas de cocina y hacerlas. Es tiempo de visitas. E inesperadas también y mejor. Hacer lo que te plazca, bueno siempre lo haces. Porque eres rebelde. Esta vez más. Escaparme. Escuhar el mar, lo que más me relaja. Tiempo de volver a reestablecer la mente. Mente inquieta. Tiempo de leer todos los artículos de interés. Tiempo de echar un vistazo a los otros blogs. Tiempo para la familia. Amigos. Risas y una buena comida. Nada más. Tiempo para mi mundo. Mi parcela. Disfruta.