domingo, 6 de diciembre de 2015

Paper Towns


En un mundo lleno de convencionalismo y apariencias, allí estaba ella, tratando de llegar al fondo de cada enigma, intentando que no se le escaparan las ganas, ni una sóla gota de ilusión y euforia que se siente al descubrir las deformidades de la vida.

Ella era experta en eso, sabía muy bien lo que tenía que hacer para no quedarse con una duda, nada odiaba más en el mundo que quedarse quieta, no soportaba la idea de irse a dormir sin saber la respuesta.

De alguna manera u otra ella se daba cuenta que no pertenecía a ese mundo, que no encajaba con las rutinas, no contaba con una vida resuelta ni un seguro de vida, algo no funcionaba bien. Se decía una y mil veces que ese mundo no era para ella, que tendría que haber otro sitio en algún lugar de este pequeño mundo para las personas como ella. 

No es que viviera en las nubes, ella pensaba que, realmente quien vivía en las nubes era quienes no luchaban por romper barreras, los que no luchan por el inconformismo, estaba segura con total convicción que el verdadero realismo era ese, la necesidad de romper esquemas.



Se negaba a no darse el lujo de saber lo que es escapar cuando algo va mal, de perderse cuando no hay una salida, no quería saber nada de nadie que le dijera los pasos a seguir, ella era realmente libre, sin prejuicios, sin compañía de los que dudaban de ella, sin los que no se arriesgarían nunca por una vida mejor.

Ciudades de papel.