sábado, 24 de octubre de 2015

Pensar con un Psicólogo...

Ayer tuve la maravillosa oportunidad de poder asistir a un gran encuentro contigo mismo y con los demás.


Pude apreciar una conferencia con el gran Psicólogo Alejandro Croissier, donde pudimos escuchar lo que somos en realidad y lo que debemos ser.

La espera mereció la pena, el gran temporal casi nos aboga al desespero, eran las 19:00, media hora más tarde  del comienzo, y estábamos a la espera del ponente.
Más tarde, vivimos una de esas escenas que no se nos olvidarán, y hablo por la gran mayoría de todos los que estuvimos en esa sala, algunas personas que, como yo habíamos pasado el día entero de conferencia en conferencia por puro placer hacia la salud, ya empezábamos a soñar con la cama, otros tenían que irse, y la sala estaba llena. El nos llamó, pidiendo que por favor hiciéramos un esfuerzo, que llevaba mucho tiempo preparando una conferencia como la que nos iba a aportar esa tarde, que iba a ser mágico por favor, que nos volcáramos en la comprensión de las circunstancias.

Como bien dijo, así fue... al fin llegó y le recibimos con un fuerte aplauso, sus palabras desde el teléfono móvil nos conmovieron, ¿Cómo podíamos irnos sin aprender lo que nos iba a enseñar? yo por lo menos, si me hubiera marchado, hubiera caído en un error, no me lo hubiera perdonado.

Llegó el momento, si sus palabras desde el teléfono fueron increíbles, imaginaros como lo son en persona.
Es uno de esos Psicólogos y gran persona que tiene la capacidad de atraparte con sus palabras desde el primer momento. Tiene esa fuerza interior para hablarte como si fueras tu mismo el que te habla, yo desde luego estuve muy atenta a todo lo que nos iba contando.

Me encantaba como nos hablaba, como intentaba meterse en la piel de todos nosotros, como intentaba que cada uno de los que estábamos allí nos parasemos a reflexionar en frío de todo, de nuestra vida, de la vida...

Empezó por hablarnos de una gran verdad, que es que nosotros, los humanos, estamos diseñados para no poder vivir sin criticar, no podemos ver a alguien pasar  sin decir algo, esa es la mente, la de nosotros, la que nos hace caer en prejuicios y valores sin sentido y perjudiciales. 
Esa es una cara de la mente, la que vive atrapada en una sociedad de injustas críticas, una mente que se agobia y precipita hablando siempre y continuamente de los demás, esa mente que vive por los demás y no para si misma, que trabaja la vida de los demás como si fuéramos nosotros quienes tuviéramos el poder de hacer cambiar a los otros. Yo personalmente hace mucho tiempo que dejé esa tendencia, hace mucho tiempo que dejé la crítica, es mas me irrito al estar al lado de una persona que sólo sabe vivir para criticar, pienso que nadie va a cambiar lo que no te gusta porque tú se lo digas a los cuatro vientos, no, las personas aprenden viendo sus propios errores, no escuchando tus deseos...

Por otro lado, entre muchas cosas que nos contó, también nos deleitó con la capacidad de autodestrucción de la que mucho hablo siempre, la autodestrucción propia, el único mounstruo que existe, es la mente. Nos convencemos de creer lo que pensamos, sufrimos con imaginar que el medio, la sociedad está hecho a nuestros esquemas. El ser humano es la única especie, que se jode la existencia sólo con pensar mal...

Además, y aquí entro en un tema que me apasiona, nos empezó a 
hablar del apego, ese apego emocional que hace que negocies tu libertad, que hace que entregues tus sueños, tus opiniones, tus derechos y necesidades a otros. 
A mi me costó bastante al principio entender que ese extremo agarre a otra persona, viéndola como un cobijo a tus necesidades, era una importante anulación de tu propia personalidad, hasta que al final pudiendo practicar el desapego, me di cuenta que independizar tu mente de algo o alguien es igual de importante como desengancharse de las drogas. Pero desgraciadamente todos pasamos por ese proceso, hasta que al final, después de pasar por ahí y entender lo que es, y no empiezas a trabajar en ello, sólo en ese momento es cuando empiezas a liberarte.

Es muy importante entender la necesidad de dejar ir, de entender que las personas somos libres, que de nada nos servirá retener a alguien, eso al final crea una relación víctima-verdugo. 
Nos llamó mucho la curiosidad de cómo nos dijo que amáramos a nuestro enemigo, al principio me quedé pensando ¿Cómo voy yo amar a alguien que es mi enemigo? ¿Cómo yo voy a querer a alguien que me ha hecho daño? es imposible, al principio me cerré a ese pensamiento contradictorio. Cuando explicó la palabra amar desde la aceptación, lo entendí todo...
Tenemos que aceptar que la otra persona es como es, dejarla, y no verla como un enemigo, sino amarla, porque gracias a esa persona, tú hoy en día eres como eres. Seguro que te enseñó mucho, y seamos honestos, nuestra vida está determinada por esas personas con las que hemos creado conflictos, porque gracias a eso, hemos aprendido, y aprender es una necesidad vital humana.

En definitiva, nos dio una tarde bastante emocionante, donde al final todos nos fuimos con un buen sabor de boca, además de una conferencia participativa donde algunos de los que estaban allí quisieron compartir experiencias propias con todos nosotros, experiencias que nos llegaron.
                                                                                                             





martes, 20 de octubre de 2015

Mi derecho a preferir

Prefiero a esas personas que saben vivir el día a día, los que se levantan y no se olvidan de dejar que los rayos del sol se reflejen en los poros de la piel, o dejar que los sistemas de percepción se dejen llevar por el sonido de la lluvia, los que con sólo respirar el aire puro y verse un día más con la capacidad de sentir y explorar, toman una sonrisa. 

Prefiero a las personas que con sólo un gesto te alegran el día, los que nunca se olvidan de los buenos modales, los que te regalan un desayuno, los que te levantan de la cama, los que para ellos los lunes significa empezar de nuevo, porque creen en el aprendizaje constante.


Creo que ganaríamos mucho más si hiciéramos una valoración tanto de lo malo como de lo bueno, pero nunca olvidar que lo bueno al final es quedarse con lo aprendido, sensaciones, ganas de despertar, evolucionar, porque sin cambios no hay mariposa, y un río sin corriente nunca hizo experto a un marinero.

Disfrutar con ver que hay cosas que no son iguales, no negarse a ver que hay cosas, personas, lugares y sentimientos maravillosos...recuperar la fe en la humanidad, eso es ver más allá.
Aceptar lo malo como también aceptar lo bueno,saber que hay personas que saben lo qué es el perdón, eso es de valientes y los valientes nunca se rinden, esas son las personas que valen, las que se equivocan y no entienden de orgullo, porque saben que la vida está para compartirla. Saber que hay más de lo que ves, sólo tienes que pararte y observar, porque alguien me dijo un día que quien no observa, no ve...
Prefiero a quienes no le temen a los cambios, ellos vienen cargados de aprendizaje y sorpresas, adoro a esos seres mutables, los que saben qué son los golpes recibidos y renacen... se hace necesario romper con lo que te hace daño.Los que saben que tienen el total derecho de decidir, los que le dan un duro golpe a la rutina y se atreven en busca de lo que merecen, siento debilidad por esas personas que saben empatizar, escuchar, cavar lo que hay debajo para ver con otros ojos, porque quien ve dos veces, nunca ve igual. 

Me considero totalmente fan de las personas que reconocen su libertad, su independencia... aquellas que, saben cuidar de sus necesidades y nunca las ponen al servicio de los demás, porque al final siempre terminas reparándotelas tú, quienes no dejan de satisfacer las suyas por satisfacer las de otros, que reconocen la diferencia entre compartir y entregarse, quienes reconocen el placer de dosificar porque es justo y un punto medio porque lo excesivo es malo.


Declaro tener una cierta debilidad por los que valoran la sensualidad de conocer a alguien de adentro hacia afuera y no de afuera hacia adentro, los que sabemos diferenciar el alma del físico... 
 




Aquellos que sienten que su vida no depende de ningún apego, porque nada ni nadie que te crea apego puede ser sano, son esos los que disfrutan de otra filosofía, de los pequeños detalles... quienes persiguen la conciencia plena y no la ansiedad social, al final, terminan por convencerme aquellas personas del mundo que reniegan con todas sus fuerzas la presión en la que vivimos, quienes asumen ser ellos mismos y no alguien impuesto.



lunes, 12 de octubre de 2015

Curiosidades que interesan

Me niego a rechazar cualquier oportunidad de pensar, me niego a aceptar cualquier impulso de conformismo. Lo común es sencillo, y lo sencillo no hace que cambies de perspectiva.

Lo que me interesa es otro nivel, me interesa la capacidad de poder equilibrar mis emociones ante las adversidades de la vida para así poder sobrevivir, confío en la eterna experiencia y en la increíble capacidad de auto-regulación que tiene el ser humano de adaptarse a los malos tiempos y aprender de ellos. Me interesa renacer, caer, decepcionarme y levantarme, no me interesa atascarme en el pasado, ya no, porque entiendo que la vida es eso, acercar, romper, dolor y superación.
Me interesa reconocer los buenos hábitos y desechar los malos, saber qué conviene y qué no. Me apasiona poder ver la diferencia de las cosas, de lo grande y lo pequeño, de lo acertado y lo incorrecto. 

Me apasiona poder pensar hasta comprender qué es la esencia de la vida, no que venga alguien a contármela, me interesa también ser yo dueña de mi propia vida, no que vengan a imponerme cuando no tienen que lidiar con las consecuencias.

Me gusta no tener prisa, sentarme, caminar y relajarme, sin correr. A mi lo que realmente me apasiona, es tener metas, objetivos y sueños, muchos sueños y cumplirlos todos, o al menos gran parte de ellos, si no ¿para qué estás aquí?. No me interesa no hacer lo que quiero por pensamientos ajenos, no me interesa ni me agrada opinar de algo que no he sentido, lo atrevido es arriesgarse y lo congruente es una experiencia con acción, no sin ella. No me interesan las personas que viven del orgullo, eso no, las que están cegadas por su propia visión de la vida, las que hacen daño por no entender que los demás tenemos otras opiniones, y creer que ellos nunca se equivocan, atacando a quienes luchan por remediar sus errores. Nunca he sido de esas personas que están a favor del convencionalismo ni de mentes restrictivas, no por favor, lo más emocionante es poder sentir que tu propia mente se libera y se abre...


No tengo paciencia para discutir con personas que no razonan, no, no me gusta sentirme bloqueada, tampoco me gusta sentirme vulnerable porque me convierte en esponja, y eso lleva a hacerme daño yo misma, me gusta sentirme realizada y sin incertidumbres.

No le temo a la soledad, a veces la necesitamos, he aprendido a desapegarme sin anestesia. Si estás conmigo, bienvenido, aprenderé a disfrutar de tu compañía mientras caminamos juntos, y dándote por supuesto lo mejor de mi, disfrutando un presente pleno y no sufriendo por la posibilidad de perderte. Si te vas, gracias, quizás  no formabas parte de mi camino...


Me gusta poder entender mi dolor, solo así puedo  sentirme libre, también me gusta entender el de los otros, solo así se genera un intercambio de sensaciones diferentes. Me gusta una buena comunicación que atraiga energías positivas y no mal entendidos, me gusta arreglar las cosas que se rompen y luchar por ellas si se que la intención por la otra parte es la misma, si no, es que no merece la pena...